¿Qué es la llamada “cambioclimaticocracia?”

Cuando la Organización de las Naciones Unidas decidió, en 1988, asumir la responsabilidad (global) del supuesto calentamiento global, e integró el Panel Intergubernamental del Cambio Climático (IPCC), lo primero que había que hacer era convencer al mundo de que aquél era real, y de que las predicciones de Svante August Arrhenius en el siglo XIX sobre la responsabilidad en él del dióxido de carbono no dejaban dudas.

Convocándose a la totalidad de países afiliados, se generó un enorme presupuesto para financiar al IPCC y a sus científicos. Varios cientos de ellos se integraron, junto con la correspondiente burocracia administrativa y política, hasta totalizar unos 2 mil empleos.

Los objetivos principales del IPCC eran: demostrar el calentamiento global, asegurar la causa (el dióxido de carbono), y prevenir sobre lo que pasaría de no atenderse.

Cientos de laboratorios e instituciones científicas decidieron incorporarse al proyecto, obviamente buscando beneficiarse del financiamiento.

Después se incorporaron al movimiento miles de periodistas, y también políticos de casi todos los países del mundo, deseosos de participar en los presupuestos económicos que se estaban generando.

Y de repente surgió en el interior de todos y cada uno de estos involucrados y beneficiados, una terrible pregunta:

«¿Qué me pasaría si todo esto no fuera cierto, si no hubiese calentamiento global, si el dióxido de carbono no tuviese responsabilidad en el asunto?«

La reacción de todos ellos fue unánime: había que demostrar que todo era cierto.

Era importante que todos los experimentos científicos lo demostrasen; que la prensa los difundiese de manera dramática; que los países generaran sus propios presupuestos e instituciones; que el angustiado público lo creyese y estuviese dispuesto a pagar impuestos para lo que se requiriese.

De esta manera, más de 300 mil personas quedaron atrapadas en una red de corrupción climática que no permite la objetividad.

El diseño de experimentos científicos tendenciosos, la alteración sistemática de resultados, el alarmismo de la prensa y la voracidad de los políticos, surgieron en todo el mundo.

La llamada «cambioclimaticocracia» -cientos de miles de personas- tiene la consigna de autojustificarse, de mentir, de engañar, de sobrevivir a pesar de todo.

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