El sueño de opio del Protocolo de Kioto

Ante la válida preocupación de muchos científicos por el calentamiento global que venía dándose desde 1850, y acogiéndose a la teoría de Svante Arrhenius sobre ciertos gases que generaban efecto invernadero, la Organización de las Naciones Unidas convocó en Kioto (Japón) a todos sus afiliados, a una reunión cumbre para tomar decisiones al respecto.

Arrhenius argumentaba a principios del siglo XX que, de continuar las emisiones de ciertos gases, la atmósfera terrestre se calentaría, y esto podría tener graves consecuencias.

Los acuerdos de dicha reunión, llamados Protocolos de Kioto, se firmaron el 11 de diciembre de 1997, y se acordó que entrarían en vigor el 16 de febrero de 2005.

En ese momento, los firmantes establecieron lo siguiente:

1) Los gases de efecto invernadero considerados fueron: el dióxido de carbono (CO2), el metano (CH4), el óxido nitroso (N2O), además de los gases industriales fluorados, como los hidrofluorocarbonos (HFC), los perfluorocarbonos (PFC) y el hexafluoruro de azufre (SF6).

2) Todos los países firmantes deberían reducir las emisiones de dichos gases de manera ordenada, de acuerdo a planes nacionales que no afectaran demasiado a sus industrias.

3) Se instauró el llamado Fondo Verde Climático, al que los países económicamente fuertes aportarían capital para el logro de los objetivos.

4) Se invitó a los países que no estaban presentes a ratificar este protocolo, en el entendido que, llegando al 55% de los afiliados a la ONU, éste sería obligatorio para todos los países del mundo.

Los Estados Unidos de América, el mayor emisor de gases industriales, se negó a ratificarlo. Si bien el presidente Bill Clinton lo firmó, éste jamás fue aprobado por el congreso de esa nación.

Tras la entrada en vigor del protocolo el 16 de febrero de 2005, muchos países iniciaron el control de sus emisiones, muchas de ellas con enormes sacrificios para sus industrias.

En total, a la fecha, lo han ratificado 129 países, mismos que arrojan a la atmósfera aproximadamente el 61% de los gases contaminantes de todo el planeta.

¿Cuál es la realidad de los compromisos firmados y ratificados 14 años después de su entrada en vigor?

El protocolo denotó un débil compromiso de algunos países industrializados, tales como EUA, Rusia, China y Canadá, los cuales decidieron no participar en él.

Las emisiones de gases de efecto invernadero acumuladas desde la firma del Protocolo de Kioto, han aumentado más de un 50%, debido a que los EUA y Canadá aumentaron notablemente sus emisiones.

Sin embargo, la canalización de financiamiento y tecnología de apoyo a países en desarrollo tuvo avances importantes. Muchos países desarrollados reiteraron su compromiso de continuar el financiamiento a largo plazo, con miras a movilizar $100 mil millones de dólares para adaptación y mitigación del cambio climático hasta el 2020.

La realidad es qué, en la balanza, el Protocolo de Kioto se consideró un fracaso, por lo que se decidió firmar un nuevo compromiso en la reunión general de la Organización de las Naciones Unidas, conocida como París COP21 en el año 2015.

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